
El resultado es un espacio que no solo dialoga con la obra de Chillida, sino que también la complementa. La estética exterior de las instalaciones evoca los materiales que Chillida utilizó a lo largo de su carrera, creando un puente entre el arte y la arquitectura que enriquece la experiencia del visitante. Este proyecto ha sido una convergencia de arte, naturaleza y arquitectura modular, ofreciendo una nueva manera de interactuar con el legado de Chillida, en un entorno que respeta y potencia la fuerza expresiva de su obra.